La sociedad envejece rápidamente…El envejecimiento hay que verlo como parte del desarrollo.
La población anciana es la que más interés suele mostrar por su salud bucodental. Se empieza a resquebrajar la clásica y nociva concepción tradicional que identifica enfermedad y tercera edad.
El aumento de la esperanza de vida ha hecho que en las últimas décadas se incremente de manera considerable el número de personas mayores de 65 años. En España más del 16% de la población supera esa edad. En un mundo moderno con gran capacidad tecnológica, es ya posible preparar a los hombres y mujeres para que lleguen a una vejez en las mejores condiciones de salud posible para así poder disfrutar de un bienestar más pleno. Sin duda, la salud bucodental es un factor clave para añadir años a la vida, y también vida a los años.
El cuidado e higiene bucal en ancianos son tan importantes como en cualquier otra etapa de la vida, y deben llevarse a cabo con regularidad para prevenir enfermedades dolorosas, pérdida de piezas dentales y masticación inadecuada. Sin duda, la ayuda del odontólogo es muy importante en esta labor.
En concreto, las personas de la tercera edad deben adaptar estas medidas a sus necesidades y hacer pequeños ajustes a sus hábitos nutricionales y de vida, a fin de tener buenos resultados. No hay de qué preocuparse, pues se trata de tareas sencillas, que se aprenden en poco tiempo y que, en cambio, redituarán en beneficios permanentes.
Simplemente, vale la pena reflexionar que una dentadura saludable permitirá la adecuada masticación de los alimentos y, gracias a ello, se gozará de digestión más tranquila, disminución de problemas gastrointestinales y favorable obtención de nutrientes.

La boca también envejece
Los cambios que se producen a lo largo de los años en las estructuras orales se adaptan a las variaciones propias que induce la edad, por lo que en muchas ocasiones no deben ser considerados como trastornos o enfermedades.
Los trastornos fisiológicos se producen en el esmalte, desgaste, diente más amarillo y menos transparente, grietas y fisuras; cemento; dentina, disminución de la sensibilidad y de la permeabilidad de los dientes, y pulpa. Disminuye el volumen pulpar y se reduce la vascularización, lo que convierte a la pulpa en una estructura más vulnerable y a la vez mas sensible a los estímulos externos..
La pérdida de tejido dentario no provocada por caries es uno de los problemas que aumentan su prevalencia en la vejez, debido a la mayor conservación de los dientes en los mayores. Son problemas difíciles de tratar y de diagnosticar. Son frecuentes problemas tales como la atricción (o desgaste dental por el contacto de diente contra diente), la abrasión (o desgaste por la fricción de un cuerpo externo, como un cepillado excesivo), o la erosión dental (debida a factores como la ingesta de bebidas ácidas , los vómitos frecuentes o el reflujo gástrico).
La saliva juega papel fundamental en la conservación de la salud bucal, ya que aporta elementos como calcio y flúor, que fortalecen a los dientes, sin olvidar que permite la regulación de los niveles de acidez (pH), de tal forma que crea las condiciones necesarias para impedir la proliferación de bacterias nocivas, mismas que se alimentan de azúcares y los transforman en ácidos que dañan a encías y esmalte dental.
La producción de saliva disminuye naturalmente en las personas mayores y, aún más, es importante señalar que este fenómeno puede acentuarse por enfermedades comunes en edades avanzadas de la vida, como problemas cardiacos, diabetes (altos niveles de azúcar en sangre) y algunos tipos de cáncer, así como por el uso de medicamentos para controlar ansiedad, depresión o alergia (antihistamínicos).
Así, la sequedad bucal a la que están expuestos los pacientes de la tercera edad es factor de riesgo para presentar:
- Caries.Deterioro y destrucción progresiva de la estructura dental por la acción de los ácidos generados por los microorganismos que habitan en la boca.
- Granuloma o absceso dental. Acumulación de células muertas y bacterias que se genera cuando la infección de un diente no recibe atención oportuna ni adecuada.
- Sensibilidad dental. Ocasiona dolor al consumir bebidas y alimentos fríos, calientes, ácidos o dulces; se debe a que la parte inferior de la pieza dental (raíz) está expuesta al ambiente, ya que las encías se inflaman levemente por la acción bacteriana.
- Gingivitis. Inflamación de las encías, las cuales sangran a menudo y duelen cuando son tocadas. Esta enfermedad inicia como un problema de sensibilidad dental.
- Enfermedad periodontal. Fase avanzada de la gingivitis que produce inflamación e infección de los ligamentos y huesos que sirven de soporte a los dientes, ocasionando su pérdida.

Por lo anterior, los adultos mayores deben ser más cuidadosos en el seguimiento de medidas preventivas, entre las que se encuentran:
- Lavar los dientes por lo menos dos veces al día, empleando cepillo suave y pasta dental con flúor.
- Utilizar hilo o seda dental, al menos una vez al día.
- Reforzar la higiene con el uso de antiséptico bucalque posea agente antibacteriano.
- Incluir alimentos masticables y pegajosos (frutas secas, mermelada, caramelos) como parte de una comida, no como refrigerio y, tras su consumo, cepillarse los dientes o enjuagarse la boca con agua para evitar la acumulación de azúcar.
- No ingerir chocolates, bebidas azucaradas ni dulces como refrigerio, ya que fomentan la generación de ácidos en la boca.
- Tomar 2 litros de agua (8 vasos) al día, pues la adecuada aportación de este líquido garantiza mejor producción de saliva.
- Erradicar el consumo del tabaco, ya que no sólo cambia la coloración de los dientes, sino que altera la química de la saliva.
- Se aconseja que aquellas personas cuya superficie dental sea irregular (con muchas líneas y rugosidades), acudan al odontólogo para que estudie la conveniencia de aplicar sellador, especie de adhesivo para “resanar” fisuras y evitar que los restos de comida se acumulen.
- Consultar al dentista la posibilidad de tomar placas de rayos X periódicamente, en la zona de la mandíbula, para detectar aquellas cariesque podrían permanecer ocultas a la vista.
Es muy importante que todas las dudas al respecto sean resueltas con ayuda del odontólogo, ya que es la persona más indicada para asesorar sobre las medidas de prevención más adecuadas y el mejoramiento de técnicas de limpieza.
¿Y qué más cambios se producen en la boca?
Muchos estudios demuestran que la salud empieza en nuestra boca. En la tercera edad se sufren mayores alteraciones referidas a la salud oral, aun cepillándose los dientes o utilizando hilo dental con regularidad, producidas por el mismo proceso de envejecimiento que afecta a todos los tejidos del organismo. Además, el retraimiento de las encías fruto de su envejecimiento expone zonas que no están protegidas por el esmalte, como las raíces, lo que provoca la molesta hipersensibilidad. También, este mismo proceso de la encía les hace perder su parte más firme y adherida al diente, lo que aumenta la probabilidad de perder piezas dentales.
Hay cambios que aparecen menos habituales: dificultad para masticar, a mucosa bucal pierde elasticidad y los tejidos se adelgazan, pérdida del sentido del gusto y el olfato en portadores de prótesis con mala higiene oral, alteraciones en la saliva, lo que puede desencadenar sensación subjetiva de sequedad de boca (xerostomía), que en muchos casos se debe a una patología sistémica o al uso de ciertas medicaciones.
Básicamente, el tratamiento odontológico en pacientes mayores no difiere, en esencia, del que se lleva a cabo en otros pacientes de cualquier edad. Salvo tener en cuenta algunas recomendaciones básicas de sentido común, el abordaje de las enfermedades es idéntico, aunque hay que tener en cuenta que «las enfermedades crónicas, la polimedicación y la posibilidad de trastornos neurodegenerativos condicionan el tratamiento dental.

Enfermedades frecuentes
Éstos son algunos de los trastornos a tener en cuenta en la tercera edad:
- Sequedad de la boca o xerostomía; Este problema puede ser llamado “síndrome de boca seca” y es muy común en personas de edad avanzada. Puede ser causado por medicamentos o por ciertos trastornos médicos. Si no se trata, trae como consecuencia distintas patologías sobre encías ydientes.
- Pérdida de sensibilidad dental y disminución del sentido del gusto: La edad, las enfermedades, medicamentos y las prótesis dentales disminuyen esta pérdida sensorial. Las encías se retraen con el tiempo, exponiendo zonas del diente desprotegidas por el esmalte.
- Degeneración y disminución de la calidad de los dientes: Con el paso de los años, los dientes van perdiendo calidad, no sólo en su esmalte (el cual se oscurece produciendo manchas en el mismo), como en su raíz, ya que al retraerse la encía favorece la aparición de la caries por la acción de los ácidos.
- Enfermedad de las encías: es un trastorno potencialmente grave que afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a los mayores, ya que se produce por problemas comunes en esta edad. Enfermedades como anemia, diabetes o cáncer, dietas insuficientes, el mal ajuste de dentaduras postizas y el tabaco, son algunos de los causantes. Sobra decir que una mala higiene bucal agrava mucho esta enfermedad que se origina en la placa. Es importante destacar que la prevención de esta patología puede ayudar a evitar el Alzheimer.
- Mala Masticación: hay que tener en cuenta que una mala dentadura proporciona una inadecuada masticación de los alimentos y con ello, se consigue una desfavorable digestión y una mala obtención de nutrientes.
Envejecer sí, pero con dientes
Ya es una realidad el descenso acusado de personas destentadas, especialmente en la tercera edad, y se espera que en un futuro próximo se consolide aún más esta tendencia. Los expertos aseguran que cada vez será más habitual que las personas mayores posean prácticamente todos sus dientes; al mismo tiempo, predicen que aquellos que padezcan más problemas de salud oral demandarán más tratamientos de prótesis y de restitución de dientes. También en la Tercera Edad se acabó la moda de solucionar los problemas de la boca cortando de raíz, siendo infrecuente los pacientes que se resignan a extracciones dentales para solucionar sus problemas
En efecto, ahora sabemos que para gozar toda la vida de una dentadura atractiva y funcional es indispensable contar con adecuados hábitos de limpieza, dar mantenimiento a prótesis (si es que se requieren) y visitar al odontólogo para que efectúe limpieza profunda y verifique la correcta alineación de las piezas.



