¿Cómo detectar si apreto los dientes?

Según la Academia Americana del Dolor, el bruxismo son «todas aquellas actividades parafuncionales orales diurnas y/o nocturnas que involucran apretamiento y rechinamiento dentario y/o mordedura involuntariamente.

Hay al menos 5 tipos de bruxismo:

  • Bruxismo de estrés

 

  • Bruxismo del sueño

 

  • Bruxismo post episodio de apnea

 

  • Bruxismo como comportamiento motor

 

  • Bruxismo por mal oclusión

 

 

 

 

 

 

A nivel general, se trata de un problema más habitual de lo que se piensa. De hecho, el bruxismo del sueño, que es el que más dolor muscular produce en los pacientes, afecta a entre un 7 y un 8 por ciento de la población en general. Aunque recientes estudios han confirmado que puede afectar hasta el 20 por ciento de la población adulta, tan sólo un 8 por ciento de los bruxómanos son conscientes de realizarlo.

Por tanto, son pocos los que acuden al especialista en busca de una solución porque simplemente no saben que tienen este problema. 

Es importante tener en cuenta que no sólo afecta a los adultos, ya que también puede aparecer durante la infancia, incluso cuando los pacientes todavía tienen los dientes temporales.

Para despejar posibles dudas, detallamos algunos signos que pueden hacernos pensar que somos apretadores: 

  • Dolor en la zona facial
     
  • Trastornos de la articulación temporomandibular (ATM) , tensión con dolor en la musculatura masticatoria, rigidez y limitación de movimiento.
     
  • Otalgias reflejas o secundarias.
     
  • Aumento de la sensibilidad, odontalgias crónicas, erosión de las cúspides dentarias e incluso pérdida de las piezas.
     
  • Cefaleas y Migrañas 
  •  
  • Dolor de columna vertebral, principalmente de la región cervical.
     
  • Alteraciones del sueño.
     
  • Ansiedad y depresión.
     
  • Estrés crónico. 
     
  • Vértigos y mareos.

Su importancia y consecuencias

Tratar este problema es muy importante ya que puede ocasionar alteraciones en las diferentes estructuras de la cavidad oral. 

Pueden aparecer: 

  • En el revestimiento mucoso de la boca: podemos encontrar señales de mordisqueo en la cara interna de las mejillas o en la lengua.
     
  • En los dientes: es característico el desgaste de las superficies masticatorias así como cierto tipo de lesiones en el cuello de los mismos, o incluso fracturas que, de prolongarse hasta la raíz del diente, obligan a su extracción, puesto que no se pueden restaurar. 
     
  • En la encía: puede colaborar a agravar la pérdida del soporte de los dientes que reciben excesiva fuerza, con la aparición de recesiones gingivales. 
     
  • En los huesos maxilares: se asocia con la aparición de cierto tipo de crecimiento localizado, de tipo benigno, que puede llegar a ser incómodo para los movimientos de deglución o fonación. 
     
  • En los músculos masticatorios: es común la aparición de un dolor de carácter leve o moderado, pudiendo incluso desarrollarse en exceso alguno de ellos.
     
  • También se pueden desarrollar alteraciones más o menos llamativas en la articulación de la mandíbula, y tiene relación con algún tipo específico de dolor de cabeza.
     
  • Tampoco es infrecuente la rotura de obturaciones (empastes) o rehabilitaciones de porcelana, o incluso, en casos severos, la fractura de implantes de titanio.

 

Cualquier tipo de consulta no dudes en preguntar a tu dentista.

 

Clínica Dental Dr. Reato